Querido diario punto com 4
Las claves psicológicas
Las bitácoras personales son diarios privados y públicos a la vez. Como señala el comunicólogo Alejandro Piscitelli: “si algo tiene de saliente, es cierta obsesión por desnudarse en público o por masturbatoriamente rellenar las paginas de enlaces con lugares que cada autor considera sus almas gemelas”.
Claudia P., la protagonista de una bitácora, ilustra esta paradoja con su propia historia. Empezó a escribir en Internet irritada porque descubrió que su madre leía su diario en papel: “el caso es que ahora, de lo que estoy segura, es de que mi madre no podrá leer esto jamás. No tiene ni idea de informática y menos de internet... Sé que por el contrario podrán hacerlo todos los que vean esta página alguna vez, pero eso me da igual porque no los conozco, ni ellos a mí tampoco... Es curioso que el lugar más público pueda resultar a la vez el más anónimo”.
Juana Rubio Romero, licenciada en Psicología Clínica, cree que las bitácoras tienen dos sentidos: darse a conocer y compartir la intimidad con otros. Rubio explica que “la función socializadora de las bitácoras se deba probablemente a que vivimos en una sociedad de mucho aislamiento y esta es una forma de estar comunicado en los sentimientos, en las emociones, con alguien”.
y al final descubrí que era de mi hermano
Daniel: él también tiene una bitácora y yo no lo sabía”.
Para el escritor de bitácoras Fernando Alonso, su diario le ayuda a organizarse, a explicarse, además de ser una forma de dejar constancia de su vida. Sin embargo confiesa que en el diario de la red se autocensura: “yo creo que no se cuentan las cosas. Nadie va a contar las cosas más íntimas ahí. Esas siempre te las guardas para ti”.
Fernando además duda de la veracidad de bitácoras que lee que revelan sucesos extremadamente íntimos. Realmente existen ejemplos escalofriantes de exhibicionismo, como lo es el que anunciaba Le Monde el 14 de noviembre de 2000. En una página de la red, Lu Yuquing, un agente inmobiliario chino, decidió compartir con los internautas, y hasta el último instante, la lucha contra el cáncer de estómago que lo minó.
dominado la red, ahora son los
internautas los que buscan su lugar.
La psicóloga Rubio teme de Internet que nos acostumbremos a un ámbito donde el cuerpo está fuera de cualquier tipo de relación. Según ella, se trataría de una situación con una conexión virtual al mundo, pero sin ninguna comunicación externa real con los otros. Internet crea la ilusión de que realmente tenemos conexión con el otro porque sus contenidos se nutren de la realidad.
Esta psicóloga mantiene que la conexión real es a través del cuerpo: “cuando se obvia su presencia nos encontramos en una relación sin peligro en la que no nos exponemos a lo real. No importa el cuerpo, como tampoco importa el nombre rea. Todo es posible: puedo decir lo que quiera sin correr ningún peligro. Es una paradoja: pretende contar lo real sin real”.
Según Rubio, los diarios se han escrito siempre por la necesidad humana de dejar constancia de la historia de cada uno: “creo que se inicia a escribir diarios en una etapa de adolescencia, que es una etapa donde hay más conflictos de identidad, porque tiene un sentido también de ordenarse: de ordenar el tiempo y de ordenarse uno en ese tiempo”.
Para Rubio, la escritura en un diario puede ser una vía de descarga de los impulsos instintivos tan válida como otras. Pero su eficacia depende del nivel de sublimación que alcance el diario y de lo interesante que resulte a quien va destinado. Aunque tampoco quiere olvidar que el diario no es solamente un espacio para volcar las inseguridades o las dudas que uno tiene ante sí mismo y ante la vida: también es un género literario.
Querido diario punto com 5 (final)
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