Supervivencia verde en una residencia
Es que os lo tengo que contar porque es tan absurdo y divertido... ¡me da tanta vergüenza lo que me acaba de pasar!
Como ya he comentado alguna vez, la menda es vegeta. Estos días coincide con que han cambiado la cocinera y aún no se ha quedado con mi cara, así que para que me dé mi menú tengo que recordárselo.
Pues bien, hoy he bajado a cenar y se lo he dicho. Me ha mirado con cara extrañada y me pregunta:
- ¿Pero tú eres Olga?
Asiento. Ella mira a una chica muy obesa que estaba en la misma mesa y le dice:
- ¿Pero no eras tú Olga? -la chica colorá, no sabe qué decir, Paloma la cocinera añade:- Pues ésta se está comiendo tu cena.
Yo me he quedado helada. No podía sentir más vergüenza y eso que yo no tenía culpa de nada. Supongo que tengo vergüenza por diez personas. La verdad es que tiene que haberlo pasado mal porque justo unos instantes antes había estado comentando que hoy ni siquiera he podido comer porque me he quedado haciendo la presentación oral del trabajo sobre la transexualidad. Y, porque, evidentemente ella no es Olga y -por mucho que diga que no había entendido qué le decía la cocinera cuando le preguntó si era yo- no tiene por qué tener un menú diferente a las demás.
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