Un pequeño paso para el hombre...
Anuncio que, tras tres años de permanencia en esta residencia de estudiantes, por fin he conseguido que se acepte mi opción de no comer carne y se trate como una dieta más, sin discriminarla de las dietas por obesidad, religión o enfermedad. (Las razones por las que he tenido que aguantar tanto tiempo aquí y en tal situación -en lugar de simplemente irme- no las tengo yo, sino mis progenitores.) En fin, que parece que ahora comeré bastante mejor y sin discutir con nadie. Han tardado mucho (este año ya sí me voy de aquí) y tengo ciertas dudas sobre el grado de cumplimiento del compromiso que habrá... Por eso tampoco me llena de orgullo, ¡pero lo celebro!
Ay, podríamos dedicarle algunos posts a las condiciones de vida de los estudiantes y a esa población desplazada y desarraigada de erasmus (erasmus y erasmus) y paletos de provincias que marchamos a la capital.
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