Los límites de los corresponsales
Mabel González y Pedro Antonio Navarro se encargaron de las exposiciones del panel sobre Iraq. La primera hizo la introducción, que me salto aunque estuvo muy bien estructurada. El segundo habló sobre el trabajo del corresponsal de prensa.
Pedro explicó algo evidente que no se suele tener nunca en cuenta: “el enviado especial no tiene por qué tener la visión más cercana”. Está dentro del conflicto, no puede verlo con perspectiva. Sólo ve lo que tiene delante de él.
Los que controlan la parte donde se encuentra el periodista, tratarán de limitar su información. Los de la otra parte tratarán de demostrar que está siendo manipulado. Y él probablemente tratará de autocensurarse para protegerse.
Normalmente las noticias de España se realizan entre muchos compañeros, ¿cómo va a tener una sola persona la información de un país entero? Imposible sin valerse de agencias y otros corresponsales. Entonces, ¿por qué los medios –que no tienen recursos para tener una buena red de corresponsalías– se empeñan en tener aunque sea un único corresponsal? Porque da prestigio.
Así que el corresponsal tiene que plantearse su información como una que complemente al resto, no como la principal. Además busca darle un estilo, un sello personal que diferencie su trabajo y que sobre el texto (imagen o sonido) diga “mira, esto es distinto, lo ha hecho alguien que estaba allí”.
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