Finiquito
En fin, que he acabado la carrera y me he quitado un lastre de unos...10 kilos de peso de encima. Sería éste el lugar propicio para iniciar reflexiones del estilo: ¿de qué me ha servido?¿De qué sirve una carrera como Comunicación Audiovisual, aquí y ahora? Por lo pronto, para tener un papelito en las manos, que se ha convenido en llamar título, como si los títulos se pusieran siempre al final de las cosas. Pero da la casualidad que yo soy de la fundación de ayuda contra la titulitis y lucho por la causa. Y que defiendo los conocimientos prácticos, del día a día, los que se demuestran en las faenas y algunos como la señorita Fdez. Berrios bien lo saben.
No sacaré ninguna conclusión de lo que es tener un título porque ahora mismo sólo siento el alivio de haber cumplido con un recado, pegado en un post-it en la nevera desde hace...msmsmms...4 años. Así pues no acabaré ninguna reflexión porque tampoco he iniciado ninguna. Esta inconcreción y el tema del decir que contaré y acabar nunca contando son dos de las cosas que creo exasperan a mi querida blog mate -perdóname, Olguilla- dueña, señora y timonela ella por ahora -y nunca ha sido de otra manera- de este barco tan bromil, pero tan bonito.
La corresponsal barcelonesa de esta broma manda un abrazo efusivo a todos los que están cursando su carrera. Deseo que os sirva más de lo que a mí me a servido y recuerdo, lo que tiene salidas no son las carreras, son las personas.
PD: Esta última frase queda muy bonita pero no es mía...¡ay! Farsante que soy.
PD2: Pondría alguna foto, pero mi Hello se resiste a funcionar. Va a ser que no es tan bueno...;)
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