Vaya despiste. Me había olvidado de apuntar el número de la calle donde estaba la organización. Así que iba repasando mentalmente cómo tenía que apuntar la próxima vez las citas: “nombre de organización, persona de contacto, teléfono, dirección de la sede, boca de metro, documentación...”. Mientras, iba recorriendo patio a patio la calle, y en cada patio preguntaba si conocían la asociación G. Me mandaron a un aula de profesores y a una especie de guardería hasta que, justo cuando me encontraba en el patio de la asociación, supieron decirme cuál era su local.

Si ni la mitad del barrio conoce tu organización y encima tu trabajo es de ámbito local eso sólo puede significar una cosa: no te comunicas correctamente.

Un tiempo más tarde estuve por Orcasitas. No creo que en el colectivo LC acaben de creer en el poder de la comunicación, pero en cada calle hay un signo de que están más cerca de la participación. No es una metáfora: en cada calle esto es visible porque las calles tienen nombres muy especiales. De la plaza de las Promesas cruzas la calle del Empleo Juvenil hacia la plaza Asambleas. Cerca está la plaza de la Asociación y la plaza de las Mil Quinientas (veces que tuvieron que ir unidos a la administración a reclamar sus derechos como ciudadanos). También están la plaza del Movimiento Ciudadano, la de Mil Delegados, la de la Memoria Vinculante, la de la Solidaridad, la calle de la Participación...