Miedo a los demás
Este fin de semana estuve preguntando la mejor manera de llegar a un local del barrio del Puche de Almería. "¿Qué se te ha perdido ahí?", me decían. Que no vaya, me aconsejaban. "Después del barrio de la pescadería, el del Puche es el peor", "ten cuidado por ese barrio, circula una infección" (¡!). Pensé un poco y me di cuenta de una cosa. Si no voy a tal barrio porque es peligroso, no voy hacer la parte importante de mi trabajo. Ahora me dedico sobre todo a visitar organizaciones, ver cómo trabajan y escribir sobre ellas. Pocas organizaciones hay en los barrios de alto nivel, la verdad. Si me limito a no visitar ciertas zonas por su peligrosidad, probablemente acabe sin conocer la realidad y escribiendo sólo sobre las organizaciones de élite como Greenpeace o Cáritas, en Bravo Murillo, en Serrano o en Gran Vía.
Hablé de esto con un amigo y me dijo: "las personas somos como los perros, olemos el miedo. Y ese olor no nos gusta". Mi amigo cuenta que cuando te acercas a alguien con miedo, sobre todo si es una persona harta de que los demás le teman, suele responder de mala manera. Así que he pensado que tendré que probar a cambiar mi desodorante.
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