Rebelión
De vez en cuando me preguntan, y me pregunto, por qué me quedo en Madrid y no vuelvo a Jaén este verano. Por qué me aferro a esta ciudad. El último libro que he terminado me ha dado una pista más de qué es lo que siento. En el fragmento que voy a reproducir, Jane tiene 18 años, lleva trabajando un tiempo de institutriz en un lugar aislado y en toda su vida no ha visto la ciudad. Adèle es la niña que cuida y Fairfax el ama de llaves:
En ocasiones, mientras Adèle jugaba con su niñera y Mrs. Fairfax estaba ocupada en la despensa, yo salía a dar un paseo sola. Otras veces, subía las escaleras que conducían al último piso, alcanzaba el ático y, desde arriba, contemplaba campos y colinas. Más allá de la línea del horizonte existía, según imaginaba, un mundo activo, ciudades, regiones llenas de vida que conocía por referencia, pero que no había visto jamás. Y sentía en mi interior el afán de ver todo aquello de cerca, de tratar más gentes, de experimentar el encanto de otras personas. Apreciaba cuanto había de bueno en Mrs. Fairfax y en Adèle, pero creía en otra clase de bondad más calurosa, más apasionada, que deseaba conocer.
“Jane Eyre”, de Charlotte Brontë.
Sin duda habrá muchos que me censuren considerándome una perenne descontenta. Pero yo no podía evitarlo: era algo consustancial conmigo misma. Cuando sentía con mucha intensidad aquellas impresiones, mi único alivio consistía en subir al tercer piso, pasear a lo largo del pasillo y dejar que mi imaginación irguiese ante mí, en la soledad, un cuento maravilloso que nunca acababa: la narración, llena de color, fuego y sensaciones, de la existencia que yo deseaba vivir y no vivía.
Es inútil aconsejar calma a los humanos cuando experimentan esa inquietud que yo experimentaba. Si necesitan acción y no la encuentran, ellos mismos la inventarán. Hay millones de seres condenados a una suerte menos agradable que la mía en aquella época, y esos millones viven en silenciosa protesta contra su destino. Nadie sabe cuántas rebeliones, aparte de las políticas, fermentan en los ánimos de las gentes.
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