Ese cacharro que hace ruido
El otro día me estaba montando en el coche de mi amiga Belén y me dio la sensación de que hablaba sola: “es que me hace compañía”, decía ensimismada. Luego me di cuenta de que estaba acariciando la radio del coche. Recordé que los apuntes de nuestra asignatura de locución contaban que la radio es el único medio de comunicación que provoca una reacción emotiva, un verdadero sentimiento de fidelidad en el oyente.
Quizás ese don no es tan exclusivo, porque también hay gente que enchufa el televisor sin ánimo de verlo, ¿verdad?, sólo por tener una voz cerca, que acompañe. No recuerdo quién me contaba de su abuelita, ya muy mayor, que se alegraba de que “una señorita muy agradable” viniera a hablar con ella cada tarde. La señorita agradable era la presentadora de un programa de televisión.
Ayer estuve presente en directo en La Gramola, el programa de M80 Radio. La verdad es que es una sensación extraña estar viendo algo que otros sólo están escuchando. Pero es precioso comprobar cómo los medios de comunicación no sólo tienen una función informativa, sino que también unen y emocionan.
Me queda darle las gracias a Sara por acordarse de mí e invitarme al programa y repetirle (qué pesada) la invitación que le llevo haciendo un tiempo. No sé por qué me da que estaría interesante leer el diario de una fiel oyente de la radio que nos guiara un poco por las tripas de “ese cacharro que hace ruido” y que nos contara también las anécdotas que pueda vivir a la vez como becaria en RNE. Acepte o no la invitación, suerte, Sara.
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