Crónica de sensaciones
18.03 - Las calles inundadas de banderas, crespones, carteles y lazos. Dan ganas de llorar.
18.05 - La estación de metro está tan saturada que la mayoría optamos por andar.
18.30 - En Gregorio Marañón hay tanta gente que es difícil caminar. Desasosiego.
18.45 - En Alonso Martínez no es difícil: es imposible. La marea de gente me traga durante diez minutos. Desorientación.
19.20 - Imagen de la calle Génova en Alonso Martínez.
20.30 - Seguimos en la calle Génova, pero un poco más cerca de Colón. De repente, cada cual empieza a cambiar de dirección y se produce un momentáneo caos. Damos por concluida la manifestación. Tengo los músculos agarrotados de la humedad y el frío.
21.10 - Llego andando a la base de operaciones y ceno. Me siento a ver la televisión. Veo imágenes aéreas de las manifestaciones y -por primera vez- las imágenes televisivas de los atentados.
22.15 - De repente, estoy sentada en un taxi con dos amigas rumbo a Atocha. Allí no queda resto de la masa, pero sí... cientos y cientos de velas, flores, carteles, huellas de manos blancas. El pañuelo y mi ropa está tan empapados por la lluvia que no me puedo secar las lágrimas, pero las velas consuelan con una suave calidez.
23.15 - El autobús tiene tapada con una tela blanca la máquina para picar el billete.
0.05 - Un montón de ropa empapada se amontona en el suelo de la base de operaciones.
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