PRÁCTICAS. Su calidad
Factores para elegir un medio.
A la hora de entrar a hacer prácticas en algún medio como estudiante de Periodismo, normalmente o eres elegido o eres un enchufado. En ambos casos no has tenido ninguna oportunidad de decidir cuál te conviene. A no ser que tengas enchufes en muchos medios, claro, o que por tu currículo la gente se pelee por ti. Pero esto suele ser raro.
Yo creo que si alguna vez elegimos prácticas podemos tener en cuenta -sobre todo- dos factores:
- El prestigio del medio donde las realizas.
- Lo que vas a aprender en él.
Y, ambos factores, al parecer, no suelen coincidir. Es un rumor muy generalizado el que en los grandes medios se explota a los becarios. E incluso se abusa de ellos y se les humilla. No es de las cosas más graves que me han contado, pero entre otras cosas allí los becarios no pueden preguntar si tienen dudas.
Creo que en esta profesión hay mucha competitividad y rivalidad. Esto genera violencia incluso entre compañeros. Hay algunos profesores que también tratan agresivamente a sus alumnos, supongo, para acostumbrarlos a esa tensión. Casi me da la impresión de tener sargentos gritándonos al oído: ¡tenéis que ser soldados duros! (Y no miento si digo que alguna vez he contestado a alguno: ¡señor, sí, señor!)
Yo creo que esta agresividad es absurda y denigrante. Por mucha crisis que esté sufriendo la profesión. Parece un sistema darwinista. Los engreídos de las grandes portadas y los aterrados por esa cacareada crisis están minando y acabando con "la cantera" del equipo.
Por el contrario, se dice que en los medios con pocos recursos, por el hecho de que carecen de todo y tampoco tienen demasiada repercusión, se da al becario mayor responsabilidad, más libertad y más oportunidades.
Cómo son las prácticas.
Por ejemplo, según tengo entendido, en la carrera de Enfermería pasas casi todo el curso compaginando las clases con prácticas en hospitales. Lo cual, en el fondo, es quizás demasiado duro. Los estudiantes no tienen ni vida social ni tiempo de estudiar. Pero evidentemente el sistema, aunque exigente, es más apropiado que el de los periodistas.
Además, en esas prácticas, las enfermeras (se suele decir en femenino, aunque haya también enfermeros) tienen que rotar obligatoriamente por varios campos de su trabajo: maternal, salud mental, geriatría, etc. Así no sólo aprenden cada uno de los detalles de su oficio, sino que también van averiguando en qué campo quieren desarrollar su profesión.
Estas prácticas en empresas, instituciones o lo que sea se cuentan como si fueran clases. Por poner un ejemplo: si realizas una carrera de 300 créditos (cada crédito equivale a 10 horas), quizás 50 créditos tengas que pasarlos haciendo prácticas obligatoriamente.
En algunas universidades no se requieren estas prácticas, así que los estudiantes pueden haber acabado la carrera sin haber visto un teletipo o una regleta en su vida. En universidades como la mía sí te exigen cierto número de horas en un medio para poder acabar la carrera de Periodismo.
Sin embargo, en mi carrera las prácticas las buscas tú. Y si no las encuentras, mal asunto. Tampoco se requiere, por ejemplo, que pases por televisión, radio y prensa escrita. En general, están mucho menos reguladas y pensadas.
En universidades como las alemanas, según me han contado, es obligatorio haber realizado prácticas en alguna empresa ANTES de entrar en la universidad. Los alemanes van por delante: así el alumno no entra en una carrera sin tener idea de a qué clase de trabajo le va a abocar.
Cómo deberían ser las prácticas.
Principalmente, creo que hay que romper el mito de la Universidad. Por pasar por ese protocolo no quiere decir que seas un ciudadano de mayor nivel, y sin embargo eso es lo que parece. Los que conocemos sus miserias creo que estaremos de acuerdo en afirmar que, en la mayoría de las ocasiones, se ha convertido en un aparato alejado de la realidad. Un aparato que realiza una criba entre los que soportan memorizar más y los que no pueden soportar tanto. No hablaré del enchufe, el peloteo, pero tengo muy divertidas anécdotas sobre profesores y alumnos ingeniosos. Es un aparato que crea niveles, quizás clases, y que distribuye injustamente a la población en las plazas profesionales.
¿Consecuencias? Los profesionales que acaban su carrera pueden tener grandes deficiencias en conocimientos, sobre todo prácticos. Por no mencionar lo estúpido que es perder el tiempo por prestigio y por un documento, cuando realmente lo que aprendes es porque tratas de superar lo que estás soportando. Otro efecto es la frustración que produce el fracaso. O el desánimo que contagia el ambiente universitario... Creo que ya nos hacemos una idea.
¿En qué consiste romper ese mito? En dejar la teoría para los que quieran investigar y dedicarse a la erudición. Y, a la vez, en recuperar aquello de aprender una profesión como discípulo, en el lugar donde se desarrolla, aprendiendo sobre la realidad y no sobre la virtualidad de los apuntes y las fotocopias.
Creo que ya he dibujado algunas ideas que yo propondría para las prácticas de Periodismo. Lo primero: que se evaluase la calidad de las prácticas de cada medio. Deberían crearse plazas suficientes para todos los alumnos y que, como en Enfermería, se pudieran repartir y rotar entre ellos.
Quizás el sistema pueda resultar algo infantil, por aquello de buscarle a los niños de papá lo que necesitan, pero creo que es la única manera de evitar los enchufes y la injusticia de que alguien con interés y talento no obtenga un puesto.
Sobra decirlo: hay que acabar con el abuso hacia los becarios. Por eso en parte he propuesto esa evaluación de los medios. Se debe regularizar la situación de los profesionales y denunciar la situación de explotación que muchos viven a pesar de que los medios tengan tanto éxito.
Para terminar, una anécdota esperanzadora: una compañera me contó que en La Gaceta de Salamanca se preocupan mucho por los becarios. Y esto es porque allí tienen la filosofía de considerarles el futuro de la profesión. Allí los becarios rotan en los puestos, a pesar de que eso significa problemas administrativos, menos tiempo de eficacia y más tiempo dedicándose al adoctrinamiento del alumno. No me pudo dejar más boquiabierta: pocas veces te cuentan algo tan constructivo.
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